Hemos sido llamados a descubrir lo que tenemos para ofrecer; el regalo que tenemos para dar, las palabras que tenemos que hablar, la canción que debemos cantar...
El mundo no necesita más personas que intentan convencerse a sí mismas, y a los demás, que están por encima del promedio porque creen que eso les hará ganar atención, y que la atención en sí misma les dará una sensación de dignidad y propósito. Por otro lado, el mundo tampoco necesita más personas cohibidas porque creen erróneamente que están por debajo del promedio y consecuentemente están aterrorizados de lo que otros puedan pensar de ellos si extendieran sus alas e intentaran volar.
La mayoría de nosotros luchamos con el síndrome del impostor. ¿Soy lo suficientemente bueno? ¿Tengo lo que se necesita? ¿Me descubrirán? ¿Qué pasa si fallo?¿Qué pensarán los demás de mí? Y es verdad, probablemente nuestros dones inherentes, talentos e inteligencia no nos hagan personas por encima del promedio. Sin embargo, nacer superdotado o con habilidades por encima del promedio no es un requisito previo para vivir una vida extraordinaria. El éxito requiere muchísimo trabajo -y no es únicamente el resultado inevitable de haber nacido increíble-.
Apropiarnos de nuestro promedio nos permite liberarnos de la presión y de gastar nuestras energías intentando dar la talla. En lugar de eso, nos permite enfocar nuestros esfuerzos en convertirnos en personas curiosas, interesadas, soñadoras y hacedoras; personas que verdaderamente creen que historias y vidas extraordinarias pueden ser construidas por personas promedio.
Cuando aceptemos que somos personas promedio tomaremos desafíos más grandes y diremos sí antes de estar listos porque tendremos menos temor de fallar y estaremos más interesados en crecer y avanzar; canalizaremos la energía que antes utilizábamos protegiéndonos y preocupándonos por lo que otras personas pensaban sobre nosotros en resolver problemas interesantes y en construir una vida extraordinaria, llena de propósito e impacto para nosotros y para otros.
Beginners Pluck - Capítulo 1.
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