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La eliminación despiadada de la prisa (1)

"Para muchos de nosotros el gran peligro no es que renunciemos a nuestra fe. Es que nos volvamos tan distraídos, apurados y preocupados que lleguemos a conformarnos con una versión mediocre de la misma".*

El problema

La prisa: el gran enemigo de la vida espiritual


Una vida acelerada, demasiado ocupada y digitalmente distraída es la mayor amenaza para la vida espiritual en la actualidad. ¿Porqué? El valor más importante en el Reino de Dios es el amor; Jesús lo dejó claro cuando dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo."* Sin embargo, el amor conlleva tiempo y la prisa no lo tiene, por lo que, la prisa y el amor son incompatibles. La prisa mata las relaciones, el gozo, la gratitud, la apreciación, la sabiduría, mata lo que más valoramos (espiritualidad, salud, matrimonio, familia, creatividad, generosidad, etc.).


La enfermedad del apuro hace referencia a un patrón de comportamiento caracterizado por prisas y ansiedad continuas; y el apuro no solo nos aparta del amor, gozo y paz del Reino de Dios sino de Dios mismo al robar nuestra atención. Lo anterior es crítico porque la atención es el principio de nuestra devoción, y al final, nuestra vida no es más que la suma de aquello a lo que le prestamos atención. El apuro no solo implica un horario desordenado sino un corazón desordenado, y en muchas ocasiones es una señal de algo más profundo en nuestro corazón, probablemente de que estamos corriendo de algo o hacia algo.


¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad del apuro? Irritabilidad, hipersensibilidad, inquietud, adicción al trabajo, entumecimiento emocional, prioridades fuera de orden, falta del cuidado de tu cuerpo, comportamientos escapistas, descuido de las disciplinas espirituales y aislamiento. Michael Zigarelli dijo: "los cristianos se están asimilando a una cultura de ajetreo, prisa y sobrecarga, lo que lleva a que Dios sea cada vez más marginado en sus vidas, y consecuentemente a que su relación con Dios se deteriore, haciéndolos así aún más vulnerables a adoptar suposiciones seculares sobre cómo vivir, lo que les conduce a una mayor conformidad con una cultura de ajetreo, prisa y sobrecarga. Y así empieza el ciclo otra vez".*

Si bien es cierto que hay un tipo saludable de ocupación, en la que tu vida está llena de cosas que importan, la realidad es que muchas veces desperdiciamos nuestra vida en ocios vacíos y actividades triviales; y seguramente lo que Jesús nos diría al respecto sería lo mismo que le dijo a Marta:"estás preocupado y aturdido con muchas cosas. Pero una sola cosa es necesaria."*














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1 Comment


Azucena Muralles
Azucena Muralles
Jul 13, 2022

Muy cierto Princesita linda. La vida es un suspiro y aún sabiéndolo la prisa es un ingrediente que nos estorba.

Gracias por escribir, nos bendice muchísimo 🥰

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