" El éxito no se mide por lo que haces en comparación con lo que otros hacen, sino por lo que haces con la habilidad que Dios te dio a ti".
Hace algunos días leí esa frase y me desafío muchísimo. Había avanzado con el blog cuando le di cabida a algunos pensamientos que me dejaron paralizada -¿Cuántos blogs no existen ya? ¿Será que me van a leer? ¿Será que les va a interesar lo que escribo? Y así que en lugar de avanzar dejé que pasara el tiempo.
A los días de mi encuentro con la frase, leí la parábola de los talentos (Mateo 5:14-30 MSG). En resumen trata de un jefe que se va a ir de viaje, entonces llama a sus trabajadores, y les delega responsabilidades acordes a las habilidades de cada uno para mientras que él no esté. Al primero le da 5 talentos, al segundo 2 y al tercero 1. Los primeros dos empleados trabajan y duplican sus talentos respectivamente, pero el tercero lo entierra, y cuando el dueño regresa le dice: "tenía miedo de decepcionarte, así que encontré un buen escondite y aseguré tú dinero". El dueño le responde "esa es una terrible manera de vivir".
Me identifique con la respuesta del tercer trabajador como nunca antes. El temor a fracasar resultó en que no hiciera nada con el talento que se le había dado. ¿Cuántas veces hemos dejado de hacer cosas que sentimos en el corazón que Dios nos ha llamado hacer por temor a fracasar sin siquiera haberlo intentado? Y muchas veces como resultado de compararnos con otras personas.
Me rehúso a que mi vida transcurra de la misma manera que la del tercer trabajador. A través de la frase y de la parábola, Dios me recordó que Él puso un deseo en mi corazón de compartir con otras personas las cosas que he aprendido y que me han ayudado a perseverar en la vida. Así que, ésta publicación, como un pequeño comienzo, es mi punto de partida, una forma de "poner a trabajar" el talento que Dios me dio, y espero que además sirva como una invitación para que tú también lo hagas.
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻Bien hecho Princesita de Dios 🙌🏻🙌🏻🙌🏻