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Servicio: combatiendo el egoísmo

Actualizado: 5 oct 2020

La naturaleza de Jesús es el punto de referencia para todos los aspectos de la vida.*
 

El domingo en la noche, después de un día relativamente largo, estábamos acostados, listos para dormir, cuando Víctor me dice: "tengo hambre". 😳 Tuve una pequeña y breve batalla mental de qué le iba responder, hasta que finalmente le pregunté: "¿querés que te traiga algo de comer?" A lo que respondió que no me preocupara. Honestamente, agradecí que hubiera dicho que no, pero si hubiese dicho lo contrario ¿cuál habría sido mi actitud al respecto? ¿Cuál es tu actitud cuando tu esposo te pide algo o cuando tus papás te piden un favor?


Sé que el ejemplo es sencillo, y que hay muchas personas que naturalmente tienen un espíritu de servicio, y que usualmente están dispuestos a atender a los demás –incluyendo a miembros de su familia núcleo– con todo el ánimo del mundo. Pero he de decir que ese no ha sido mi caso, y la realidad es que he tenido que aprender en línea con lo que dice Romanos 12:2 (TPT):"Deja de imitar los ideales y opiniones de la cultura que te rodea, más bien se transformado interiormente por el Espíritu Santo a través de una reforma total de tu forma de pensar."


El servicio ha sido uno de los muchos temas en los que el Espíritu Santo ha tenido que cambiar mi forma de pensar. Después de algunos meses de estar casada empecé a tener una lucha con "aceptar" mi rol como esposa, particularmente en el proceso de determinar cómo íbamos a distribuir las funciones en nuestro nuevo hogar. Tenía una barrera mental y una actitud de resistencia por hacerme cargo de ciertas "tareas del hogar" porque consideraba que eran cosas que ambos podíamos hacer, además del hecho que los dos teníamos un trabajo de tiempo completo.


Después de varios desacuerdos y mucha frustración interna, le pedí al Espíritu Santo que me ayudara a vivir según lo que Él decía que era mi rol como esposa, y que me ayudara a que lo que Él me dijera prevaleciera sobre lo que yo pensaba que debía ser. Con su respuesta me permitió ver la situación desde Su perspectiva, y me mostró que lo que estaba pasando tenía más que ver con mi actitud hacia el servicio que con las funciones en sí. Marcos 10:45 (RVR1960) dice: "Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos".


La primera vez que escuché que alguien consideraba abiertamente que yo era egoísta fue una vez que mi papá nos dijo a mis hermanos y a mí "ustedes solo ven el derecho de su nariz" y era cierto. Muchas veces he ido por la vida priorizando decisiones que garanticen mi comodidad y mi bienestar, consciente y/o inconscientemente, a costa de los intereses y bienestar de otros, incluso de las personas que más amo, tomando decisiones que dicen "me amo" o "yo soy más importante que tú", en cosas tan sencillas como retrasar a los miembros de mi familia porque mi arreglo personal ha sido más valioso, o reaccionar con un mal gesto en lugar de mostrar una pronta disposición para ayudar cuando me piden un favor.


Los ejemplos son muchos, y aunque mi ejemplo hace referencia al matrimonio, la realidad es que aplica para cualquier etapa de la vida en la que estemos. La forma en la que vivo como esposa, hija, hermana, amiga, empleada, jefa, etc., debe ser un reflejo del carácter de Jesús; y Jesús vino a servir a otros, por lo tanto, esa mentalidad debe convertirse en mi motivación para hacer las cosas. Filipenses 2:6-8 dice: "Cada uno debe buscar no sólo su propio bien, sino también el bien de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús: aunque era igual a Dios, no consideró esa igualdad como algo a qué aferrarse. Al contrario, por su propia voluntad se rebajó, tomó naturaleza de esclavo y se hizo semejante a los seres humanos."


Comprendí que mi resistencia a ciertas funciones y tareas como esposa tenía más que ver con que estaba siendo egoísta, que, con la tarea en cuestión, y entendí que, tener esa disposición de servir a mi esposo no era algo que hacía por resignación, sino porque es un instrumento a través del cual el Espíritu Santo perfecciona mi carácter para ser más como Jesús y porque es una muestra fehaciente de amor. Honestamente, aún no vivo esto a la perfección, sin embargo, ésta revelación me ha ayudado a ver el servicio desde otra perspectiva, a levantarme cada vez que caigo y retomar el camino cuando me desvío, y espero que te ayude a ti a hacer lo mismo.

 

*Bill Johnson

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